La temperatura del océano Pacífico oriental, donde se ubica el litoral
colombiano, que oscila en promedio en los 24°C ha aumentado entre 1,5°
y 2°C por encima de lo normal, según divulgó un reporte de la
Universidad Nacional.
De acuerdo con el meteorólogo y profesor de la Universidad Nacional
de Colombia Emel Vega, por encima de 26°C ya se considera que hay
Fenómeno de El Niño, el cual se sentiría desde agosto.
Una de las consecuencias más importantes de este fenómeno climático
está en la pesca. Los principales nutrientes que se encuentran en el
litoral oriental (fosfatos, carbonatos y oxígeno disuelto) empiezan a
escasear debido a que el cambio de la temperatura interrumpe el proceso e
impide el afloramiento de estos nutrientes de las profundidades del mar
a la superficie.
“Las variedades de peces que usualmente habitan esa región no estarán
presentes allí, habrán migrado hacia otros sectores en busca de mejores
condiciones. La pesca será el primer indicador de afectación en la
economía de esa zona y se verán perjudicados países como Ecuador, Perú y
Colombia (especialmente en Tumaco)”, afirma Vega.
El experto indicó que es probable que en julio, agosto y septiembre,
haya un periodo de pocas lluvias, sobre todo en la parte Andina y en el
norte del país. En cambio, en la zona del piedemonte costero del
Pacífico se incrementarán las lluvias. Esto mismo ocurrirá en el
piedemonte amazónico, en el Putumayo y en las zonas del piedemonte
llanero, la Serranía de la Macarena, Villavicencio y sus alrededores.
Los embalses para producir energía reducirán considerablemente sus
niveles. “Sin embargo, se puede decir que el sector energético
colombiano ya tiene conocimiento de esto y está preparado para asumir el
reto que conlleva este evento climático”, apuntó el profesor.
De todos modos, hay otros sectores que no están tan preparados para
mitigar los efectos, como los encargados de los sistemas de acueductos y
alcantarillados en diferentes ciudades del país.
Otro renglón que no ha tomado las medidas necesarias es el
agrícola. La producción de leche se ve muy afectada cuando hay reducción
de las precipitaciones. Si no hay pastos, la producción de leche se
disminuye en grandes cantidades.
El gremio de producción de papa y los floricultores también se ven
perjudicados, tanto por las escasas lluvias como por el surgimiento de
las heladas.
Además del déficit de agua sobre toda la meseta cundiboyacense,
durante las estaciones secas de diciembre a marzo aparecerán las
heladas.
Uno de los momentos más recordados del Fenómeno de El Niño es el de 1992, que causó racionamiento de energía en el país.
Sin embargo, este evento climático se ha presentado en 1982, 1987,
1997, 2002 y el más reciente entre el 2009 y el 2010. A pesar que este
no tiene un ciclo determinado, sí tiene un periodo de recurrencia que
fluctúa entre tres y siete años.
Entre las recomendaciones que se pueden hacer se encuentra la de
ahorrar agua en los reservorios y embalses. El experto también aconseja
aprovechar este tiempo para la construcción de obras civiles, por
ejemplo, para fortalecer la construcción de muros de contención sobre el
río Magdalena y el Cauca, sobre aquellas poblaciones que, usualmente,
se inundan durante los eventos de exceso de lluvias por el
desbordamiento de estos ríos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario